La figura del dragón, la serpiente y del reptil ha sido objeto de culto y veneración en muchas culturas del mundo. Sin embargo también han sido temidos y despreciados en muchas otras.
Con el nombre de Quetzalcoatl los nahuas se referían tanto a la antigua divinidad de la Serpiente Emplumada como al héroe mítico o real protagonista de una suerte de ciclo épico. Esta divinidad es una de las más antiguas de Mesoamérica. Participaba en el proceso de creación y destrucción en contaste rivalidad con Tezcatlipoca, y jugó un papen fundamental en la creación de la humanidad, del maíz, del calendario y de muchos otros aspectos de la cultura mesoamericana. El culto hacia Quetzalcoatl fue muy importante en Mesoamérica, que los especialistas Alfredo López Austin y Leonardo López Lugán lo consideran como piedra angular del sistema político zuyuano, que se basaba en la coexistencia de distintas unidades étnico-políticas, unidos bajo un sistema político que habría gobernado comunidades multiétnicas, bajo la autoridad de un soberano que presidía concejos compuestos por por señores de cada unidad étnica. Paralelamente sobre las deidades patronas de cada grupo étnico estaba la Serpiente Emplumada como divinidad patrona de carácter territorial y metaétnico.
Trentren Vilu y Caicai Vilu son seres poderosos de la mitología mapuche con forma de seipientes. Caicai-Vilu es la "serpiente marina" que tiene poder y dominio sobre el mar y todo lo relacionado a él y Trentren-Vilu es la "serpiente terrestre" que tiene poder para dominar la tierra, y sus volcanes. Según la mitología mapuche estas dos serpientes eran hijos de los pillanes (espíritus poderosos e importantes) más poderosos, que como castigo habrían sido convertidos en estos seres. Así que Caicai y Trentren serían convertidos en serpientes. Ambos serían adversarios. Caicai habría sido mandada a vivir en el mar para ayudar a cuidarlo junto a los Ngen-ko (espíritus dueños de las aguas), y Trentren habría sido mandada a vivir en la tierra para ayudar a cuidar junto a los demás Ngen (espíritus) a la tierra, y para ayudar al ser humano.
Nidhogg es un dragón hembra de la mitología nórdica que vive en el Niflheim (reino de la oscuridad) donde roe sin cesar las raices del Yggdrasil, el árbol de la vida, hasta que venga el Ragnarok y todo se destruya. Después de la regeneración, Nidhogg atormentará las almas humanas que hayan quedado en el Niflheim.
Jörmundgander, hijo de Loki y Angrboda, es una gigantesca serpiente de la mitología nórdica. Debido a su gran maldad, Odín lo lanzó al mar que rodea Midgard, donde quedará atrapado hasta que llegue el Ragnarok. Jörmundgander creció tanto que rodear con su cuerpo toda la tierra. Durante el Ragnarok Jörmundgander se arrastrará fuera del océano y envenenará los cielos. De sus fauces pululará el veneno y reptará entre el fuego de los gigantes hasta el lugar donde se halle Thor para luchar contra su némesis. Thor la matará y entonces caminará nueve pasos antes de caer muerto víctima del veneno de la serpiente.
En la mitología vasca, existe es un espíritu demoníaco cuya forma es la de un enorme dragón conocido como Herensuge. Volaba dejando un rastro de fuego, y haciendo un sonido aterrador. Se alimentaba de caballos y burros, y a veces raptaba seres humanos y los ahogaba, se los comía o, simplemente, los hacía enloquecer.
Existen múltiples descripciones de este dragón, según unas, tiene siete cabezas, según otras, sólo una. Hay varias historias diferentes sobre su muerte, cada una de ellas a manos de un héroe distinto.
La Hidra era un antiguo y despiadado monstruo acuático de la mitología griega con forma de serpiente policéfala y aliento venenoso. La Hidra poseía la virtud de regenerar dos cabezas por cada una que perdía, y se guarecía en el lago de Lerna. Bajo sus aguas había una entrada al Inframundo que la Hidra protegía. Heracles la mató como uno de sus doce trabajos como penitencia al haber asesinado a su familia en un ataque de locura provocado por Hera.
Existe una figura demoníaca en la mitología de persa Zoroástrica con el nombre de Azi Dahaka. Se le describe como un monstruo parecido a un dragón de tres cabezas y seis ojos. Se dice que al sangrar, en vez de brotar sangre, brotan serpientes, escorpiones, y otras criaturas venenosas. Se dice también que puede controlar las tempestades y traer la enfermedad. Fue derrotado Fereydun, héroe mítico persa, pero no podía ser matado, fue encadenado a la montaña Damavand.
Tiamat es una Diosa con forma de serpiente perteneciente a la mitología babilónica. Sería el principio femenino, el mar (agua salada). Es un monstruo hembra maléfica, quien tenía como esposo a Apsu el dios sol. Al ser asesinado en manos del dios Ea para mantener el equilibrio del universo, Tiamat, enfurecida con la muerte de su esposo, creó una legión de demonios liderados por Kingu, que era su amante y uno de sus hijos. Los dioses decidieron darle todos sus poderes a Marduk (héroe mítico babilónico), quien venció a Kingu y luego a Tiamat. Después de esto, Marduk la partió por la mitad, y se creó, de su mitad superior el cielo y de su mitad inferior la tierra firme.
Los nagás son un tipo de seres o semidioses inferiores con forma de serpiente de la mitología hinduista. Su representación tiende a ser negativa. Se los retrata como las víctimas que merecían la muerte en el sacrificio de serpientes y la predación en manos de Garudá. Al mismo tiempo, los nagás juegan un papel importante en las leyendas narradas, frecuentemente no más malvados o engañadores que los demás protagonistas, e incluso a veces del lado del bien. Generalmente son representados con forma mezcla de humanos y serpientes. Otras veces aparecen con forma humana y luego con forma de serpiente.
En muchas culturas de oriente los dragones eran y son reverenciados y venerados como representantes de las fuerzas primitivas de la naturaleza y el universo. El dragón siempre se ha considerado una criatura benéfica y un símbolo de buena fortuna. Los dragones orientales no escupen fuego y a pesar de no tener alas pueden volar gracias a la magia. Un dragón oriental es descrito con cuernos de ciervo, cabeza de caballo, cuello de serpiente, garras de águilas, orejas de toro y bigotes largos como los de los gatos. Los dragones chinos y japoneses simbolizan el poder espiritual supremo, el poder terrenal y celestial, el conocimiento y la fuerza, y por lo tanto son benévolos. Proporcionan salud y buena suerte y viven en el agua. Según las antiguas creencias chinas, traen la lluvia para la recolección. Es por eso que el dragón se convirtió en el símbolo imperial de ese país. En Corea, también tiene sus dragones, de similar carácter positivo. En el Himalaya representan la buena suerte.
Yamata no Orochi es un monstruo con forma de serpiente con ocho colas y ocho cabezas de la mitología japonesa. Está descrito deidad que vivía en la zona llamada "Torikami", en el país de Izumo. Orochi dominaba la provincia, y pedía sacrificios de vírgenes cada año. Cuando Susanowo no Mikoto, hijo de Izanagi y hermano de Amateratsu, fue expulsado del cielo, comenzó su travesía por la tierra. Al poco tiempo de su viaje encontró a un matrimonio anciano sollozando con una muchacha a su lado. Le explicaron que el motivo de su tristeza era por causa de Yamato no Orochi, quien cada año se comía a cada una de sus hijas y sólo les quedaba su hija menor. Susanowo, que se había enamorado de la joven, le propuso al anciano matrimonio a su hija a cambio de salvarla. El hombre agradecido acepto la oferta. Susanowo convirtió a la chica en una peineta sagrada y se la puso en el cabello, y ordenó la preparación de un licor bien destilado. Tambien hizo que rodearan la casa de la familia con cercas, donde construyeron ocho puertas y ocho palcos. Dejaron una copa en cada palco con el licor. Lo prepararon todo tal y como Susanowo les ordenó, y esperaron. Al poco tiempo apareció Yamata no Orochi. Inmediatamente Orochi metió sus cabezas a las copas y bebió. Quedó emborrachado y se durmió allí. Entonces Susanowo sacó su espada Totsuka notsurugi y cortó a la serpiente en pedazos. Dentro de su cuerpo encontró la espada Kusanagi.
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