Los alimentos básicos son aquellos que satisfacen las necesidades de energía de la dieta, además de haber sido domesticados y tener un fuerte arraigo en la cultura de cada pueblo.
El trigo es considerado como uno de los alimentos básicos en las culturas de occidente. El trigo tiene sus orígenes en la región de la antigua Mesopotamia. Las más antiguas evidencias arqueológicas del cultivo de trigo vienen de Siria, Jordania, Turquía, Israel e Irak. Gracias al cultivo del trigo, provocó una revolución agrícola desarrollándose a la par la domesticación de la oveja y la cabra, especies salvajes que habitaban la región, lo cual permitió el asentamiento de la población y, con ello, la formación de comunidades humanas más complejas,
Posteriormente, la semilla de trigo fue introducida en el antiguo Egipto para dar inicio a su cultivo en el valle del Nilo y de allí a las civilizaciones griega y romana. En Roma, el gobierno aseguraba el mantenimiento de los ciudadanos sin posibilidades económicas abasteciendo trigo a un bajo precio y regulando la molienda y fabricación del pan, ya que era una práctica común su racionamiento.
La domesticación del maíz se llevó a cabo en los valles de Tehuacán, en lo que hoy es el estado de Puebla, hace poco más de 12, 000 años. Las culturas mesoamericanas cultivaban numerosas variedades de maíz a lo largo del territorio y lo preparaban cocinado, molido o procesado a través de nixtamalización (proceso que sirve para quitar la cáscara al maíz, hirviéndolo en agua con cal y así obtener harina de maíz).
Alrededor del 2500 aC aproximadamente comenzó la expansión de los cultivos a través de gran parte de América, extendiéndose a otras culturas de América del Norte, a las tierras bajas de Centroamérica y a Sudamérica. Después del contacto europeo con América, a finales del siglo XV y principios del siglo XVI, los exploradores y comerciantes llevaron maíz en su regreso a Europa introduciéndose a otros países.
Hace aproximadamente 8 milenios, el arroz asiático (Oryza sativa) fue domesticado en el Sudeste Asiático, y su desarrollo se habría dado en diferentes países. Los primeros cultivos aparecen en China 5.000 años a.c, Tailandia 4.500 a.C, para luego expandirse a Camboya, Vietnam y al sur de la India. Desde esos lugares se trasladó por medio de sus especies derivadas hacia otros países asiáticos, como Corea, Japón, Myanmar, Pakistán, Sri Lanka, Indonesia y Filipinas.
El cultivo de arroz de secano se introdujo en Japón y Corea aproximadamente en el 1000 a. C. Posteriormente, el arroz de inundación en agricultura intensiva fue introducido en Corea entre 850 a 500 a. C., y en Japón durante el periodo Yayoi (300 a. C.)
La oryza sativa se adaptó en el este de Europa y en el Mediterráneo hacia el 800. Los árabes lo llevaron a la península ibérica cuando la conquistaron en 711. Después de la mitad del siglo XV, el arroz llega a toda Italia y luego a Francia, propagándose a todo el continente durante las grandes exploraciones europeas.
La papa fue cultivada por primera vez aproximadamente en el año 8000 a.C. en el altiplano andino, aproximadamente en el sur del actual Perú. Los pueblos de los Andes cultivaron muchas variedades de papas durante siglos. El cultivo de las diferentes clases de papa estaba tan altamente desarrollado, que los distintos tipos y sus propiedades diferían mucho de los de la planta original evolucionada naturalmente.
En las cerámicas de la cultura Moche del norte del Perú se representan tubérculos de papa , como también en urnas de la cultura Wari del Valle de Nazca y en vasijas incas, más tardías. Para estos pueblos la papa era uno de los principales alimento disponible. Tras la conquista española, la papa fue introducida en la península ibérica hacia 1550 y de allí al resto de Europa, llegando a ser en 1750 un alimento de gran importancia.