lunes, 30 de diciembre de 2019

Grandes tumbas de la antigüedad aún no descubiertas


El descubrimiento de tumbas antiguas es un gran acontecimiento de suma importancia tanto como para la Historia, así como la Arqueología. Aunque tiene un significado más profundo si se trata de tumbas pertenecientes a importantes personajes  (https://elahijadodetezcatlipoca.blogspot.com/2017/05/grandes-tumbas-de-la-antiguedad.html). Por ejemplo, el descubrimiento de las tumbas de Pakal y Tutankamón reescribieron la Historia de sus respectivas culturas. Sin embargo, existen tumbas de grandes protagonistas de la Historia que aún no han sido descubiertas o abiertas, dejando en resguardo un incalculable conocimiento histórico y arqueológico

Ahuizotl fue uno de los grandes Huey Tlatoanis (supremos gobernantes) que tuvo el pueblo mexica. Durante su gestión, los mexicas lograron dominar gran parte centro y sur de Mesoamérica. Murió de manera accidental en una inundación provocada por el rompimiento de un acuerducto.  En el 2006, en una exploración arqueológica  en el Templo Mayor de la antigua Tenochtitlan (hoy enterrada bajo la actual Ciudad de México) se encontró un monolito de Tlaltecuhtli (deidad telúrica), con la representación nahua del año 1502, mismo de la muerte de Ahuizotl lo que podría significar su lápida mortuoria. Las fuentes mencionan que el cuerpo de Ahuizotl fue cremado y depositado en una olla frente al Templo Mayor.

Atila fue el más poderoso caudillo de los hunos, quien puso en jaque al imperio romano, ganándose el apodo del Azote de Dios. Tras los festejos de celebración de su última boda, con una mujer llamada Idilco, Atila sufrió una grave hemorragia nasal que le ocasionó la muerte. Según las fuentes, fue enterrado en un triple sarcófago hecho de oro, plata y hierro, junto con el botín de sus conquistas, y los que participaron en el funeral fueron ejecutados para mantener secreto el lugar de enterramiento. Se cree que su tumba puede estar entre Rumanía y Bulgaria.

Genghis Khan (cuyo verdadero nombre era Temudyin) fue un líder, guerrero y conquistador mongol que unificó a las tribus nómadas de esta etnia del norte de Asia, fundando el primer Imperio mongol. Bajo su liderazgo los mongoles comenzaron una oleada de conquistas que extendió su dominio a un vasto territorio, desde Europa Oriental hasta el océano Pacífico, y desde Siberia hasta Mesopotamia. Tras su muerte, el cuerpo fue enterrado en un lugar secreto, tras lo cual mil jinetes galoparon en círculo hasta borrar todo posible rastro de la sepultura. A su muerte fueron sacrificadas 40 doncellas y sus 40 mejores caballos.

Tras unificar a China, que estaba dividida en varios reinos, Qin Shi Huang se convirtió en el primer emperador de China. El Emperador dedicó cerca de 38 años a construir el mausoleo que albergaría su cuerpo tras su muerte. En marzo de 1974 fue descubierto un ejército consta de más de 7.000 figuras de guerreros y caballos de terracota a tamaño real que resultaron estar dentro del Mausoleo del Primer Emperador Qin. Solamente se ha descubierto una parte del gigantesco complejo del mausoleo. La cámara funeraria y la tumba aún no han sido abiertas y se encuentran en el centro del palacio subterráneo del mausoleo. Según las fuentes antiguas, la tumba está ubicada entre una réplica de China, con la cúpula de la cámara con joyas y pinturas simulando a las estrellas, y de ser cierto lo que dicen estas fuentes, sería peligroso tratar de abrirla, ya que mencionan la existencia de un mar de mercurio.

Boudica fue una reina guerrera de los icenos, que acaudilló a varias tribus britanas durante el mayor levantamiento en Britania contra la ocupación romana, entre los años 60 y 61 d. C., durante el reinado del emperador Nerón. Fue derrotada por las tropas romanas en la batalla de Watling Street. 
No se sabe a ciencia cierta qué le sucedió a Boudicca tras la guerra, ya que existen varias versiones de su destino. El historiador romano Tácito afirma que escapó con sus hijas a algún lugar de Gran Bretaña, donde se suicidaron tomando veneno. Por su parte, el historiador griego Casio Dio escribe que logró escapar, murió de enfermedad y tuvo un magnífico entierro. Sin embargo han surgido varias leyendas que indican los posibles lugares de su entierro. Algunos creen que fue enterrada en Stonehenge mientras que otros sugieren Norfolk, al norte de Londres,  algunos otros en Birdlipo, Gloucestershire (sudoeste de Inglaterra), incluso, bajo un andén de la Estación King’s Cross, de Londres.