martes, 31 de marzo de 2020

Mujeres como protagonistas en la Historia de México


La mujer ha tenido un papel muy relevante en la Historia de México, destacando en diferentes campos. Esta es una breve historia de algunas mujeres que dejaron huella en su paso por la Historia.

Antes de que existiera la idea de lo que hoy conocemos como México, existieron en Mesoamérica importantes personajes femeninos que tuvieron impacto en la historia. Entre ellas se encuentra Macuilxochitzin, una poetisa del siglo XV, hija de Tlacaelel, quien fuera uno de los principales consejeros de varios tlatoanis mexicas. Su nombre significa 5-Flor, llamándose así, quizás porque nació precisamente en esa fecha o tal vez por su afición a la poesía, ya que Macuilxochitl era la deidad de las artes, canto y la danza. Al ser hija de Tlacaelel, creció y se educó entre las altas esferas de Tenochtitlan. Lamentablemente sólo sobrevive un poema que verosímilmente puede atribuirse a Macuilxochitzin, que trata sobre las conquistas de Axacayacatl, gobernante mexica. Todo lo que se sabe de ella es gracias a los cronistas e historiadores que surgieron después de la conquista española, quienes la describen como una mujer que se distinguió en el arte de la poesía.

Canto de Macuilxochitzin (fragmento)

Las flores del águila
quedan en tus manos,
señor Axayácatl.
Con flores divinas,
con flores de guerra
queda cubierto,
con ellas se embriaga
el que está a nuestro lado.

In quauhxochitl
in momac ommani,
taxayacatzin.
In teoaxochitl,
in tlachinolxochitl ic
yzhuayotimani,
yca yhuintihua
in tonahuac onoc.

Por su parte, la señora Seis Mono-Quexquémitl de Guerra fue uno de los principales personajes en la historia de la Mixteca prehispánica del siglo XI. Fue hija del gobernante de Jaltepec, el señor Diez Águila, cuya familia estuvo inmersa en diversos conflictos políticos. Debido a estos sucesos, Seis Mono se convertiría en la única heredera al poder. Aconsejada por una importante sacerdotisa, la señora Nueve Hierba, se comprometió con el gobernante de Lugar del Bulto de Xipe, el señor Diez Viento.  En un viaje, en preparación de su boda, la señora Seis Mono fue insultada por dos personajes procedente del Monte de la luna y del insecto. Tras consultar con la sacerdotisa Nueve Hierba, atacó y conquistó el lugar. En los códices se le representa a ella misma tomando prisioneros. Gracias a estas hazañas militares, Seis Mono se ganó el sobrenombre de Quexquémitl (prenda de vestir femenina) de Guerra. Posteriormente el poder de la señora Seis Mono sucumbiría ante el ataque de otro importante personaje de la Mixteca, Ocho Venado, Garra de Jaguar. Ella y su familia serían sacrificados por Ocho Venado, sobreviviendo sólo su hijo menor Cuatro Viento, que al final, derrotaría a  Ocho Venado y vengaría la muerte de su familia.

En la época novohispana la presencia de Juana Inés de Asbaje y Ramírez de Santillana, más conocida como sor Juana Inés de la Cruz se distingue. Fue una religiosa jerónima y escritora novohispana, exponente del Siglo de Oro de la literatura en español. Considerada por muchos como la décima musa, cultivó la lírica, el auto sacramental y el teatro, así como la prosa. Con muy temprana edad aprendió a leer y a escribir. Perteneció a la corte del virrey Antonio de Toledo y Salazar, ganando su aprecio tanto de él como el de su esposa. En 1669, por anhelo de conocimiento, ingresó a la vida monástica. Sus más importantes mecenas fueron los virreyes De Mancera, el arzobispo virrey Payo Enríquez de Rivera y los marqueses de la Laguna de Camero Viejo, virreyes también de la Nueva España, quienes publicaron los dos primeros tomos de sus obras en la España peninsular. La obra dramática de sor Juana va de lo religioso a lo profano. Sus obras más destacables en este género son Amor es más laberinto, Los empeños de una casa y una serie de autos sacramentales concebidos para representarse en la corte. Sor Juana murió a causa de tifoidea el 17 de abril de 1695 en el Convento de San Jerónimo.

Durante el movimiento de Independencia surgen personajes como María Josefa Crescencia Ortiz Téllez-Girón, mejor conocida como Josefa Ortiz de Domínguez quien fue un importante mienbro del movimiento insurgente y esposa del corregidor de Querétaro, Miguel Domínguez, siendo una de las primeras participantes en la conspiración de Querétaro y pieza clave para el inicio de la lucha que encabezó el cura Miguel Hidalgo y Costilla en Dolores Hidalgo. Como protesta por las desigualdades que había entre los criollos como ella y los españoles peninsulares, en un principio formó parte de grupos literarios en donde se difundían las ideas de La Ilustración, que estaban prohibidas por la corona y la iglesia católica. Ya en pleno movimiento apoyó a los Insurgentes, mandando dinero e información y sin perder la oportunidad de convencer a otros para unirse a la causa. Falleció en la Ciudad de México el 2 de marzo de 1829, víctima de una pleuresía.

En este periodo también destaca la figura de María de la Soledad Leona Camila Vicario Fernández de San Salvador, más conocida como Leona Vicario.​ Fue una de las figuras más destacadas de la Guerra de Independencia de México, durante la cual se dedicó a informar a los insurgentes de todos los movimientos que podían interesarles y que ocurrían en la capital del virreinato. Perteneció al grupo de Los Guadalupes, una especie de red que se estableció a través de correos con Miguel Hidalgo y Costilla y José María Morelos y Pavón, además financió con su propia fortuna el movimiento insurgente. ​Recogía la información sobre las estrategias de los españoles para combatir a los insurgentes.​ Además, dio cobijo a fugitivos, envió dinero y medicamentos, y colaboró con los rebeldes, transmitiéndoles recursos, noticias e información de cuantas novedades ocurrían en la corte virreinal. ​Fue una de las primeras mujeres periodistas de México, se enfrentó a numerosos riesgos, por apoyar la causa independentista.​ y contrajo matrimonio con Andrés Quintana Roo. Tras la consumación de la Independencia, Leona Vicario continuó con actividades políticas, periodísticas y poéticas.

Durante la Revolución Mexicana encontramos a personajes como Hermila Galindo quien sostenía que la participación activa de las mujeres debía darse tanto en los asuntos políticos del país como en los privados. En un principio comenzó a simpatizar con el reyismo y posteriormente, con el maderismo y su postura antirreeleccionista. Promovió la educación laica, la educación sexual, así como la igualdad de la mujer y los hombres. Al promulgarse la nueva Constitución en febrero de 1917, Hermila Galindo lanzó su candidatura para diputada por el 5° Distrito Electoral de la Ciudad de México con la intención de hacer pública la demanda de las mujeres que exigían el derecho de voto; sabía que con ello sentaba un precedente para las nuevas generaciones. En 1952, se convirtió en la primera mujer congresista federal de México y en 1953, vio realizado su sueño, cuando el Congreso y el gobierno de Adolfo Ruiz Cortines aprobaron la reforma al artículo 34.° constitucional, en donde se incluyó el derecho al sufragio a las mujeres.