Tras el fallecimiento de una persona se iniciaba un ritual complejo que tenía como objetivo el del separar al difunto del mundo terrenal haca el lugar del inframundo que le corresponde.
Cuando ocurría el deceso, mujeres ancianas, plañideras, iniciaban sus lamentaciones rituales de una manera particularmente conmovedora, contagiando a las personas presentes.
Antes de amortajar el cuerpo cortaban un mechón de cabello el cual pondrían después en una urna con las cenizas y el mechón que habían cortado el día de su nacimiento. Este mechón era conocido como piochtli y se encontraba, según recoge Juan de Torquemada, "detrás del copete". Se puede considerar al piochtli como el contenedor del principio vital del ser, el tonal.
En estas exequias, se ofrendaban obsequios a los muertos. Estos iban desde los presentes más sencillos de los macehuales hasta los ricos regalos para la élite gobernante.
Mientras se divulgaba entre la comunidad la noticia de la muerte, comenzaban los preparativos para el ritual mortuorio. Ante todo se procedía al lavado ritual del cuerpo. Se esperaba que el cadáver permaneciera cuatro días en buenas condiciones ya que al quinto día se efectuaba la cremación o el entierro.
Después del ritual de lavar y purificar el cuerpo, éste era envuelto en mantas y vestido con los hábitos correspondientes a su condición, sus facultades y circunstancias de muerte. Si fue militar era vestido con el hábito de Huitzilopochtli; si fue comerciante, el de Yacatecuntli. patrón de los mercaderes; si murió ahogado, con la vestimenta de Tlaloc, etcétera.
Al tiempo que amortajaban el cuerpo, se hacía una figura mortuoria a semejanza hecha de madera. Los que oficiaban en los rituales mortuorios eran los cantores. Estos elevan diversos discursos y cantos de lamentación. Los asistentes de este ritual mortuorio llevaban los cabellos sueltos, signo de luto entre los pueblos nahuas.
Una vez amortajado el cuerpo y hecha la estatua que lo representaba, se cantaban cantos funerales, miccacuicatl, (ver https://elahijadodetezcatlipoca.blogspot.com/2018/10/miccacuicatl-los-cantos-mortuorios.html) y le daban de comer al difunto durante un convite ritual llamado quixococualia en donde se ofrendaba comida al difunto.
Después de cuatro días el cuerpo es llevado al lugar de su enterramiento o de su cremación. Si se optaba por la cremación, una vez dispuesto el cuerpo sobre la pira funeraria, la encendían con
leña resinosa mezclada con copalli que fungía como incienso. Después de la cremación se procede a la ceremonia de recoger las cenizas, que eran colocadas en una urna. Por último, se realizaba la ceremonia donde se enterraban las cenizas. Por los costos, posiblemente el entierro sin cremación podría corresponder a la gente común o macehuales, mientras que la cremación era practicada por la clase gobernante o con jerarquía.
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