domingo, 31 de marzo de 2019

La interpretación de la guerra en los códices


A lo largo de la Historia, los líderes políticos rara vez han asentado las derrotas o fallas y los monumentos que han erigido ofrecen las versión oficial de lo sucedido. Aun cuando se registran hechos verdaderos, el papel de los guerreros, sobre todo si eran plebeyos, era soslayada. Los códices mesoamericanos, al contener la visión de un Estado dominante, sigue esta misma línea. Sólo el héroes, mítico o real, es recordado y glorificado, mientras el guerrero común solamente es mencionado para evocar que hubo una batalla.
A partir del periodo clásico, la presencia de personajes armados en Mesoamerica se hace más rotunda y evidente. Las armas son portadas por personajes no como elementos exclusivo de la guerra, sino como parte del prestigio y la exaltación del individuo que los sostiene en actitudes de conquista o poder. 
Los mixtecos plasmaron en sus códices armas, atuendos, símbolos y ritos para obtener la victoria en la guerra, así como las campañas de conquista, con el objetivo de legitimar a las dinastías reinantes. Un ejemplo de esto es el códice Nuttall, donde están descritas las hazañas de Ocho Venado, Garra de Jaguar, el gran gobernante de la mixteca.
Hacia 1100 d.C., procedentes del norte de lo que hoy es México, los arco y flechas se introdujeron al Centro de México. Al mismo tiempo aparecieron y se desarrollaron nuevas armas que pronto dominaron los campos de batalla: hachas, “espadas” de madera, lanzas parecidas a las alabardas. Estas armas eran complementadas con equipamiento defensivo con escudos y chalecos de algodón acolchado, que protegían el tronco y permitían gran movilidad. Este armamento está plasmado en los códices mesoamericanos que han sobrevivido hasta la actualidad.
En Mesoamérica, las armaduras de algodón eran muy caras y sólo las empleaban los grandes Estados, que proveían de armas y armaduras a sus combatientes. Así, en los códices, sólo los personajes principales, como Ocho Venado en los códices mixtecos, o grandes ejércitos, como los ejércitos tenochcas, portan armaduras.
 En un principio, las Ciudades-Estados representaban a los cautivos de guerra, atados y humillados, lo que permitía a los gobernantes vencedores ser ensalzados. Los zapotecas de Monte Albán empezaron a representar, en el periodo preclásico tardío, los enemigos prominentes mutilados y ya muertos en lápidas conocidas hoy en día como los danzantes las cuales empotraban en las paredes. Para el protoclásico la imagen de conquista se modifica invirtiendo la cabeza del enemigo muerto, representado bajo el glifo de cerro o pueblo, ya conquistado, que se figura como una pirámide escalonada. Sin embargo, los grandes Estados del Posclásico que incorporaban a los pueblos conquistados, no se denigraba al vencido, sino que la conquista era representada de una manera más abstracta. Así, en los códices una conquista era representada con una lanza que atraviesa un glifo, un templo en llamas o el sometimiento de un guerrero ataviado y armado. Así en lugar de representar al enemigo como figura principal, surge la imagen del guerrero victorioso.

Según Ross Hassig, la mayor parte del armamento mexica estaba compuesto de arcos y flechas. Utilizaron también una especie de lanzas, en las que se lanzaban, y en otros eran utilizados como picas, según lo exigiera la ocasión.Tenían igualmente largas “espadas” de madera, con filosas hojas de obsidiana alrededor, conocidas como macahuitl, que eran utilizadas con las dos manos. Las armas defensivas, fueron utilizados por los Comandantes y personas de distinción, el resto del grueso del ejército estaban desnudos.

En la iconografía de Tula, los objetos más frecuentes son las armas, en las que destacan lanzas, dardos, atlatl, armas curvas, cuchillos, entre otros. La mayoría de estos objetos son representados en los códices en diferentes contextos.
Se pueden apreciar que los principales armas ofensivas de los aztecas eran armas de proyectiles y armas de choque, tales como lanzas y garrotes. Lanzas conocidas como tepoztopilli, estaban hechas de madera las cuales contenían de una serie de afiladas hojas de obsidiana alrededor de la punta, cuyo filo era mejor que los cuchillos españoles. El uso de esta arma se expandió a otras regiones de Mesoamérica. En los códices mixtecos es representada numerosas veces.
 Durante el posclásico medio, surge en el altiplano el macuahuitl, que puede considerarse como un arma emblemática de este periodo, pues en diversos textos creados en los primeros años después de la conquista se le pueden encontrar recurrentemente mencionados como un arma de gran eficacia, y capacidad para causar un daño considerable. Parece ser que existían dos tipos de macuahuitl, una que era utilizada con las dos manos y otra más pequeña, que podía ser utilizada con una mano. Ambas armas tenían hojas de obsidiana o pedernal, incrustadas y pegadas en ranuras a lo largo de la orilla. Algunos dibujos indican que el macuahuitl era rectangular, ovalado, y con diseños puntiagudos. A pesar de que las fuentes españolas mencionan que el macuahuitl más usual era la utilizada con las dos manos, a la usanza de las espadas largas europeas, en los códices son generalmente representados con el guerrero sosteniéndola con una mano. Los códices también muestran que tanto zaptecos como los mixtecos preferían los atlatl y las lanzas que a los macuahuitl, usados por los nahuas.
El atlatl era un arma de proyectiles, la cual fue venerado y estimado por su asociación con los dioses. Esta arma tenía un gran poder de penetración, por lo que se convirtió en un arma militar muy efectiva.Esta arma debió ser utilizado desde una distancia considerable para que fuera efectiva y lograr una mayor capacidad.  En los códices mesoamericanos, el atlatl es representada de manera abstracta, sin dar más descripciones sobre su uso.
 Como se ha mencionado anteriormente el arco y la flecha, procedente de aridamérica, llegó al Altiplano central entre el posclásico temprano y el posclásico medio. Aunque no se puede definir claramente el arribo y la utilización del arco y la flecha, sí se puede mencionar que sus características técnicas y prácticas esta arma debió cambiar en definitiva la perspectiva militar de la táctica y la naturaleza de los enfrentamientos posteriores entre los diferentes grupos mesoamericanos. La representación del arco y la flecha no es tan frecuente en los códices mixtecos, no así en los códices del Altiplano Central y zonas limítrofes, ya sea en códices nahuas o de otros grupos. En códices coloniales, a los chichimecas se les representa portando su arco y flecha como su arma principal.
 Dentro del ámbito bélico, un arma que suele representarse en los códices mixtecos y del grupo Borgia es el hacha. Según con los registros de los códices se puede deducir que en la región de la Mixteca, el hacha fue utilizada como arma, mientras que en el Altiplano Central, su uso bélico fue de un menor grado, a diferencia con otras regiones.

 Existían en Mesoamérica varios tipos de embarcaciones para la guerra, dependiendo del tamaño de éstas. Se las acorazaba de tal forma que los soldados que se parapetaban en ellas estaban casi a salvo. A pesar de estas descripciones, en los códices, tanto prehispánicos como coloniales, las embarcaciones militares son representadas de manera abstracta, sin mostrar más detalles y características.
 Las armas defensivas mexicas incluían escudos, cascos, y varios tipos de chalecos “antibalas”. Los escudos militares tenían una variedad de diseños y materiales. La ornamentación de los escudos varía según el color, el tipo y el diseño, de acuerdo con el estado, el mérito del propietario, etc. Esta ornamentación puede observarse en los códices, mostrando varios diseños. Los escudos plasmados en los códices son redondos, aunque existen ejemplos cuadrados o rectangulares que se han encontrado en el área maya, la costa del Golfo, y Cacaxtla, durante el postclásico clásico y temprano.
 Además de las armaduras, existían trajes de guerra, conocidas en nahuatl como tlahuiztli, que cubrían el torso, los brazos y las piernas. Estos trajes tenían la apariencia de pieles de animales, los cuales sólo los nobles podían utilizarlas.Los trajes que representan pieles de águila y jaguar, animales que evocan al mito del quinto sol, son símbolos recurrentes en el arte mesoamericano.2 Las pieles de los jaguares y de las águilas son tomadas en Mesoamérica como símbolos de los animales más fuertes, más astutos y carniceros. Este tipo de guerreros (águila y jaguar) pasaban por un rito de iniciación militar una vez que se lograban los méritos militares. En la pintura mural de teotihuacan se observan guerreros con atributos de animales, disfraces de águilas y jaguares o penachos de plumas y capas. Los atributos militares se manifiestan en atlatl, dardos, lanzas y cuchillos curvos. En el muro principal de Cacaxtla, los guerreros jaguar (los vencedores) se figuran en todo su esplendor de su atuendo militar. Usan capas de pieles de jaguar, usan ricos pectorales de jade, narigueras, emblemas sobre sus frentes atados con correas que a su vez sostienen haces de plumas que ondean tras su cabeza. Sus armas son lanzas, escudos y largos cuchillos. Los guerreros van pintados de negro para asustar al enemigo.  En los códices, los héroes míticos e históricos, así como altos mandos del ejército, son los que portan estos tipos de traje durante las batallas. En algunas escenas también llevan pintura corporal. Así la figura de estos personajes son ensalzados y destacados dentro de los códices.
 Se han identificado tres diferentes fases en el enfrentamiento bélico mesoamericano: intercambio de proyectiles, enfrentamiento cuerpo a cuerpo y persecución del enemigo.  Un ejemplo gráfico de esto se encuentra en el “Mural de la Batalla” en Cacaxtla. Mientras los guerreros jaguar victoriosos parecen muy similares en todo el mural, existen variaciones en los guerreros aves derrotados. Los que están en la parte occidental del oriental no llevan pintura corporal, mientras que los de la parte oriental del talud con frecuencia tienen cuerpos pintados en dos colores contrastantes. Con esto se plantea la posibilidad de que varios diferentes encuentros se comprima en esta escena. Así se puede observar que en este mural los guerreros jaguar se muestran dominando a los guerreros de aves que ya están heridos, desarmado, y derrotados. Los guerreros de aves son despojados desnudo, excepto por sus joyas de jade y tocados de aves. La desnudez de los guerreros derrotados tiene una connotación temporal, así: presagia el momento después de la batalla cuando los cautivos son despojados. En el caso de los códices, uno o dos de estas fases son representados. En los códices prehispánicos se muestran las últimas dos fases, ya que no se muestra explícitamente el momento en el que comienza el lanzamientos de proyectiles. Por otra parte, en los códices coloniales, cuyas escenas tienen una gran influencia europea, logran congregar generalmente dos de estas fases en una sola escena de manera más explícita.
En resumen, guerreros de élite generalmente llevaban chalecos antiproyectiles, cascos y trajes tlahuiztli y escudos. En el combate cuerpo a cuerpo se usaban armas de choque (por lo general un macuahuitl en el Altiplano y regiones cercanas, y lanzas y hachas en la zona mixteca), utilizando también atlatls y dardos. Los guerreros novatos carecían de chalecos antiproyectiles, pero tenía escudos, y de otras armas. Sin embargo, el grueso del ejército estaba compuesto por “plebeyos” que se desempeñaron como arqueros y honderos.

FUENTES

Brittenham, Claudia “About time: Problems of narrative in the Battle Mural at Cacaxtla” RES: Anthropology and Aesthetics, 59/60, 2011, vol. 37 

Bueno, Bravo,Isabel. “La la guerra mesoamericana en época mexica”. Estudios de Cultura Nahuatl, IIH-UNAM, 2006, vol. 37 

Delgado Becerril, Martín Alberto. (2010). Las hachas mesoamericanas del Posclásico y su representación en los códices. (Tesinas de Licenciatura – Universidad Nacional Autónoma de México, Facultad de Filosofía y Letras) 

Garduño Arzave, Alfonso Antonio. (2008). Análisis arqueológico, simbólico y técnico de algunas armas de guerra representadas en el arte mesoamericano. (Tesis de Doctorado – Universidad Nacional Autónoma de México, Facultad de Filosofía y Letras) 

Hassig, Ross. Aztec Warfare: Imperial expansion and political control, 1era edición,  Oklahoma, University of Oklahoma, 1988, 404 p.

____________. “La guerra en la antigua Mesoamérica” en Arqueología Mexicana, Editorial Raíces, vol. XIV, núm.84, marzo-abril, año 2007 pág 32-40

Jiménez, García, Esperanza Elizabeth. “Iconografía guerrera en la escultura de Tula, Hidalgo” en Arqueología Mexicana, Editorial Raíces, vol. XIV, núm.84

Pohl, John M.D. “La guerra entre los zapotecos” en Arqueología Mexicana, Editorial Raíces, vol. XIV, núm.84,

Trejo, Silvia. “La imagen del guerrero victorioso en Mesoamérica”. Estudios de Cultura Nahuatl, IIH-UNAM, 2000, vol. 31 

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