Un relato cosmogónico es aquel que pretende explicar el origen del universo, de los dioses, de los elementos y de los seres humanos. Mesoamérica es una región que está compuesta por diversas culturas, por lo que existe una rica variedad de estos relatos que muestras la cosmovisión de estos pueblos.
El origen del Dios del Maíz Dhipaak (mito teenek)
Para poder mandar un sustento a la humanidad, el dios Muxi y su pareja Maam enviaron un zanate (una especie de ave negra parecida a una urraca) a la Tierra, el cual llevaba en su pico un grano de maíz. El ave dejó caer la semilla en la boca de una joven doncella llamada Dhakpeenk’aach, mientras se estaba bañando en un arroyo. La joven mujer nunca salía de su casa por órdenes de su abuela K’oleenib. Sin embargo, ese día salió a escondidas y la semilla cayó en su boca. En ese momento la muchacha quedó embarazada.A los nueve meses después dio a luz a un niño que fue el Dios del Maíz, nombrado como Dhipaak. La madre murió en el parto. Al enterarse de lo sucedido la abuela de la muchacha odió tanto al niño, que decidió matarlo.
Así que lo molió en el metate (mortero de piedra), arrojando los restos en el campo. De esos trozos de maíz, nacieron más plantas de maíz. La abuela los volvió a cortar, pero de nuevo aparecieron más mazorcas. Para desaparecerlo definitivamente, la abuela volvió a cortar el maíz y lo hizo masa en el metate, elaborando con ella atole (bebida a base de maíz) y tamales (platillo a base de maíz). Se los comió, aunque no pudo terminar porque le hicieron daño. Como vio que no podía acabar con todo el maíz, juntó todo el atole que había hecho y lo tiró al mar. Cuando unos pececitos estaban a punto comércelo, dios Dhipaak les dijo que no lo hicieran. De esta manera los peces juntaron los pedazos de maíz y de esa forma el dios niño encarnó otra vez. Vivió por mucho tiempo en el mar hasta que creció.
El dios Muxi no quería que viviera en el mar, así que lo mandó a vivir a la tierra. Sin embargo el Dios del Maíz se rehusó hacerlo, ya que su abuela lo había lanzado al mar, por lo que Muxi tendría que regresarlo él mismo. Se pensó en utilizar uncamarón, pero este moriría al salir del mar, después de le encomendó la misión a un pez grande, pero este al no tener piernas, no podría pisa tierra. Por último se escogió a una tortuga y así el Dios del Maíz regresó al lugar donde debía estar.
La caída del falso sol (mito Quiché descrito en el Popol Vuh)
En la época de la Eterna Noche, existía un ser llamado Vucub Caquix. Esta criatura tenía las niñas de los ojos de color plateado, los dientes de oro y un pico de plata. Vucub Caquix, también conocido como Siete Guacamayo, paseaba por la tierra y proclamaba: "¡Yo soy el dios del sol!". Sus hijos, Zipacná y Cabrakán, también se denominaban como dioses. Sin embargo, todas estas cosas eran mentiras.
Dos dioses gemelos conocidos como Hunahpú e Ixbalanqué tuvieron una audiencia con el Dios del Cielo y decidieron que era necesario matar a Vucub Caquix. De este modo, Hunahpú tomó su cerbatana y trató de cazar a Vucub Caquix mientras este comía fruta, y el proyectil dio en la mandíbula. Vucub Caquix sobrevivió al ataque y enfurecido, arrancó el brazo de su contrincante y lo puso en una olla para cocerlo.
Hunahpú e Ixbalanqué pidieron ayuda a una pareja de ancianos, llamados Zaqui Nim Ak y Zaqui Nimá Tzÿz. Los gemelos les dijeron a la pareja de ancianos: "Ustedes tendrán que acompañarnos dentro de la casa de Vucub Caquix. Allá, ustedes le quitarán los dientes y los ojos de Vucub Caquix".
Aceptando la solicitud de Hunahpú e Ixbalanqué, Zaqui Nim Ak y Zaqui Nimá Tzÿz les acompañaron dentro del palacio de Vucub Caquix. En el lugar, la criatura voladora pidió ayuda a Zaqui Nim Akal, ya que su mandíbula herida herida por el ataque de Hunahpú le causaba mucho dolor. El anciano le quitó los dientes y las niñas de los ojos a Vucub Caquix; mientras tanto, Ixbalanqué recuperó el brazo perdido de su hermano y juntos escaparon del palacio.
Vucub Caquix, sin dientes ni niñas de los ojos, se convirtió en un ser horrible, muriendo por ese. Su mujer, la hermosa Chimalmat, moría junto e él de dolor. Los ancianos le cosieron el brazo de Hunahpú, y junto a su hermano gemelo Ixbalanqué, mataron a Zipacná y Cabrakán, hijos de Vucub Caquix.
El origen del fuego (mito zapoteco)
En el principio, Pitao, el Padre de los Dioses, sopló sobre el caos y creó el universo. Luego reunió a los demás dioses inferiores para entregarles dominios sobre los elementos. A Pitao Xoo fue el Dios de la tierra y los terremotos; Pitao Cociyo el de lluvias; Pitao Bée el del viento; Pitao Cozzana el de la caza y pesca; Pitao Cocobi el de la cosecha; Pitao Paesí, el interprete del oráculo; Pitao Pezelao el señor de las almas de los muertos Y así les dio a cada uno de los dioses los atributos correspondientes a su condición, sin embargo, al más pequeño de los dioses, al que se le llamó como Cocijo, no le dio ninguna responsabilidad por juzgarlo como demasiado pequeño.
Satisfecho por lo que había hecho para que su pueblo zapoteca habitara la tierra, Pitao pospuso la invención del fuego, reservado para quien lo conquistase, poniendo a prueba el espíritu de sacrificio de los dioses y la destreza de los hombres.
Estos hombres padecieron muchas calamidades durante la noche, lejos del calor del sol. Se escondían en la oscuridad de las sombras para protegerse, comían sus alimentos crudos y andaban casi a tientas cuando el sol se ocultaba, volviéndose miedosos. Por este motivo decidieron edificar un túmulo alto para llevar lo más cercano posible sus rezos a Pitao y que éste les otorgara el fuego. De este montículo construyeron una pirámide y esperaron la decisión del gran dios. Aunque no estaba satisfecho con el trabajo de los hombres, Pitao sintió compasión por ellos.
Así, los hombres edificaron el montículo sobre el cuál edificaron una pirámide y esperaron la decisión del gran Pitao. Éste, aún no satisfecho con el trabajo de los hombres pero lleno de compasión por ellos, ofreció entre los dioses menores un lugar importante para aquél que pudiera domar el fuego. De este modo Pitao juntó dos maderos y los frotó hasta que apareció el fuego que iluminó la noche.
Posteriormente invitó a los demás Dioses a probar suerte para tomar este elemento de los cielos lanzándose a la hornaza que había alimentado con madera, pero todos los dios fallaron, gracias a su miedo. El último de la lista, el pequeño Cocijo, pidió hacer la prueba. Pitao aceptó, entonces Cocijo pidió a su hermano Cociyo que lo empapara con sus aguas y a Beé que hiciera soplar el viento frente a él para desviar las llamas en sentido opuesto. Inmediatamente después Cocijo de un salto se echó en la hoguera.
De aquella pira empezó a elevarse una columna de humo espeso que se suspendió entre el cielo y la tierra. De esta nube de humo apareció un estruendo horrísono, naciendo de esta manera nacía el trueno, el fuego de los cielos, y el fuego en la tierra.
El gran dio Pitao dio el nombre de Cocijo (el rayo) al más pequeño de los dioses, y en premio de su espíritu le dio potestad y supremacía sobre los demás dioses menores, porque con valentía había pasado por la prueba del fuego. Los hombres llamaron a aquel túmulo Daniguí, o "Cerro del Fuego" y construyeron Dani baá (Monte Alban) o "Cerro Sagrado" porque creyeron que los restos de Cocijo habían quedado sepultados en aquel lugar.
El origen del mundo (mito nahua)
Antes de la creación de la tierra existía un ser monstruoso llamado Cipactli era la única bestia marina que existía sobre el agua ya existente. De esta manera, Quetzalcoatl y Tezcatlipoca decidieron crear la con esta criatura. Para ello, Tezcatlipoca tuvo que sacrificar un pie al utilizarlo como cebo para atraer al monstruo. En ese momento, ambos dioses atrapan a la bestia y la matan. Dividen el cuerpo de Cipactli en dos, formando el cielo con una mitad, y la tierra con la otra. Los dioses dispusieron que el pelaje y la piel de la bestia se convirtieran en plantas; sus ojos, pozos, fuentes y cuevas pequeñas; su boca, cavernas donde surgen los ríos; la nariz, valles y montañas.
Los cinco soles (mito nahua descrito en la Historia de los mexicanos por sus pinturas)
En un principio, Tezcatlipoca se convirtió en sol para alumbrar y los demás dioses crearon a los gigantes, hombres muy fuertes, que comían bellotas de encinas. Éstos seres habitaron e! mundo durante 676 años. Cuando Tezcatlipoca dejó de ser sol, todos los gigantes murieron comidos por tigres y no quedó ninguno. Tezcatlipoca dejó de ser el sol porque Quetzalcoatl lo golpeó con un gran bastón y lo derribó en el agua, de donde salió convertido en tigre comiéndose a todos los gigantes. Por lo consiguiente, Quetzalcóatl fue el sol de la segunda edad, que fue habitada ya por macehuales (campesinos), que se alimentaban de piñones.
Quetzalcoatl duró 676 años, hasta que Tezcatlipoca lo derribó de una patada violenta, y con ello levantó un fuerte viento que se llevó a Quetzalcoatl y los macehuales. Algunos de éstos quedaron en el aire y se convirtieron en monos y otros primates.
Tlaloc quedó como el siguiente sol y duró 364 años. Durante esta edad los macehuales comían acicintli (teocintle). Pero Quetzalcoatl hizo llover fuego del cielo y quitó a Tlaloc y lo sustituyó por su esposa Chalchiuhtlicue.
Chalchiuhtlicue duró 312 años alumbrando como sol a los macehuales, que en ese tiempo comían cincocopi (teocintle). En esta edad en donde fue sol Chalchiuhtlicue llovió de tal manera que parecía que los cielos se caían y los macehuales fueron arrastrados por las aguas y todos se convirtieron en todo tipo de peces.
El sacrificio que hicieron los dioses permitió crear un quinto sol, que perecería, según los antiguos, cuando Tezcatlipoca se robase al sol.
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