domingo, 26 de abril de 2009

Objetivo o no objetivo, ese es eldilema

La objetividad se supone que es la cualidad de lo objetivo, de tal forma que es perteneciente o relativo al objeto en sí mismo, con independencia de la propia manera de pensar o de sentir. Muchos se jactan de que poseen esta cualidad, las ciencias, el periodismo, las humanidades, pero, ¿Realmente se puede llegar completamente ser objetivo?

Como dije anteriormente, para alcanzar la objetividad uno tiene que dejar a lado su modo de pensar y dedicarse sólo en el objeto, y esto e una de las primeras cosas que te enseñan en la facultad, como a mí que estudio Historia, y si por algún motivo osas olvidar este principio en los trabajos, eres recriminado por muchos profesores.
Sin embargo, con el paso del tiempo, fui aprendiendo que esto es prácticamente imposible, uno no puede desconectarse de sus emociones, de su forma de pensar, al fin y al cabo somos seres humanos y como tales tenemos sentimientos que se expresan consiente e inconscientemente en nosotros. Ejemplos puedo nombrar muchos, como los trabajos que se han realizado sobre los campos de concentración nazis, es casi seguro que los autores de estos trabajos no dejaron de lado sus sentimientos o su forma de pensar al escribir.

Pero esto no significa que todo este perdido, sí se puede llegar a algo cercano a la objetividad. Karl Mannheim, sociólogo alemán de origen húngaro, menciona que, aunque el humano no puede olvidarse de sus sentimientos, si está consiente de estos puede llegar a un estado de casi objetividad, ya que teniendo control sobre nuestras formas de pensar podemos crear estado donde podamos demostrar lo que queremos sin vernos guiados por nuestras pasiones.

En conclusión, mientras estemos consientes de nuestros sentimientos, nuestros ideales, podremos llegar a algo cercano a la objetividad, ya que no hay que olvidar que todo es relativo, las personas ven los sucesos de diferentes formas y para alcanzar este estado no se llega cejando en nuestra voluntad y ni manteniendo nuestras valoraciones en suspenso, sino enfrentándonos y juzgándonos a nosotros mismos.


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