miércoles, 15 de mayo de 2013

Las fiestas religiosas de los mexicas

Las fiestas prehispánicas de los pueblos nahuas, y en especial las de los mexicas, son unas de las que están mejor documentados. Códices coloniales, como el Magliabecchiano, el Ríos o el Telleriano-Remensis son algunos ejemplos pictográficos que ilustran estos festejos. También existen importantes registros escritos, destacando los trabajos de fray Benardino de Sahagún y fray Juan de Torquemada, quienes tratan el tema de las festividades religiosas de un modo casi enciclopédico.

Las principales festividades del pueblo mexica, estaba basado en un calendario compuesto de 18 meses con 20 días cada uno, más un agregado de 5 días, dando un total de 365 días.

El primer mes del año era conocido por los mexicas como atlacahualo, y en otras partes como cuahuitlehua. La fiesta que se realizaba en el primer día del mes, estaba consagrada a los dioses pluviales (Tlaloc y Chalchiiuhtlicue) y a Quetzalcoatl. En esta fiesta se sacrificaban niños pequeños en las cumbre de los cerros, sacándoles el corazón. Si el niño lloraba en el acto era señal de iba a haber abundancia de agua. El sacrificio se realizaba mes tras mes hasta que empezaran las lluvias.

El segundo mes era conocido con el nombre de tlacaxipehualiztli. La fiesta religiosa se celebraba el primer día del mes y estaba dedicada a Xipe Totec. A los que iban a ser sacrificados se les cortaba los cabellos de la coronilla y eran guardadas como reliquias. Después de ser sacrificados, eran desollados, vistiéndose con esa piel los sacerdotes de Xipe Totec. También se realizaba una pelea simbólica y sacrificial, donde ataban a un cautivo con una soga a una piedra redonda armado con un arma sin filo. El cautivo tenía que pelear contra cuatro guerreros bien armados, dándole muerte en ese instante.

El tercer mes tenía el nombre de tozoztontli. el primer día del mes se festejaba la fiesta dedicada a Tlaloc y a Coatlicue. Ofercían a Coatlicue las primeras flores del año. Estas flores nadie podía olerlas. Los sacerdotes que anteriormente se habían puesto las pieles de los desollados el mes anterior, se despojaban de ellas. Posteriormente, estos sacerdotes se lavaban en medio de muchas ceremonias.

El cuarto mes se llamaba huey tozoztli, y como en las anteriores fiestas, ésta se realizaba en el primer día del mes. Estaba dedicada a Cinteotl y a Chicomecoatl, dioses del maíz. Las puertas de las casa eran adornadas con espadañas ensangrentadas con sangre de las ojeras y o de las espinillas. Por su parte, los nobles y ricos, además de las espadañas, utilizaban acxoyatl (ramas de árbol). Se hacían ofrendas de maíz, frijol y chía.

El quinto mes se llamaba toxcatl. En esta festividad se sacrificaba a un joven, quien era escogido con un año de antelación. Este joven durante un año era vestido a la imagen de Tezcatlipoca y era adorado  como si fuera una representación terrenal de él. El joven vivía con todos los lujos y deleites existentes. Cuando sólo faltaban veinte días el festejo, le eran asignado cuatro bellas doncellas para satisfacerlo en todos los sentidos.  A los 5 días de las fiesta, le organizaban grandes banquetes a su honor. Llegado el día del festejo, el joven marchaba hacia el templo de Tezcatlipoca, rompiendo una flauta, por cada escalón que subía. Ya en la cima del templo, era sacrificado, extrayéndole el corazón. Su cabeza tenía como destino el tzompantli.

El sexto mes era conocido como etzalcualiztli, el cual era dedicado a los dioses del agua. Cuatro días antes de la fiesta, los sacerdotes empezaban un ayuno y penitencia. Llegado el día de la celebración, todo el pueblo preparaba un guiso a base de maíz y frijol conocido como etzalli, el cual, todos comían. También se realizaban algunos sacrificios. Los corazones extraídos de los cautivos, eran arrojados a la lagunas que se encontraban cerca de la ciudad

Tecuhilhutontli, el séptimo mes, estaba dedicado a la diosa Huixtocihuatl. En esta fiesta danzaban y cantaban mujeres de todas las edades. Algunos ancianos guiaban el baile mediante el canto. En medio de estas mujeres, se encontraba una mujer vestida a la imagen de la diosa, que posteriormente sería sacrificada.

El octavo mes, huey tecuhilhuitl, estaba dedicado a la diosa Xilonen. En esta fiesta se daba de comer a todo el pueblo, tanto pobre como ricos. Se ofrecía comida y bebida en abundancia. Durante ocho días Hombre y mujeres empezaban a bailar, vestidos elegantemente durante toda la noche. La fiesta concluía con el sacrificio de una mujer vestida a la imagen de la diosa. 

El noveno mes era tlaxochimaco, dedicado a Huitzilopochtli. Un día antes de la fiesta, se mataban perros y guajolotes, que después serían cocinados en guisos. Temprano, en el día de la fiesta, los sacerdotes le ofrecían ofrendas de flores al dios. Hombres y mujeres bailaban tomados de las manos en un tono solemne hasta llegar la noche. Después empezaban a comer los guisos preparados el día anterior. Sólo los ancianos podían tomar octli (pulque), cualquier otra persona que se atreviera hacerlo, era castigada.

El décimo mes estaba dedicada a Xiuhtecuhtli y se llamaba xocotl huetzi. En esta fiesta era utilizado el tronco de un árbol que media 25 brazas (aproximadamente 40 metros), que era adornado con papeles y sogas. Estando el tronco en posición vertical, los participantes del festejo sostenían las sogas y empezaban a cantar y a celebrar. Posteriormente e sacrificaban a cautivos que estaban drogados con yauhtli (especie de planta), lanzándolos a las brasas ardientes.

El onceavo mes se llamaba ochpaniztli, y la fiesta estaba consagrada a la diosa Toci. Es fiesta era muy solemne. Mujeres que eran parteras y que practicaban la medicina bailaban sin ningún tipo de música o canto, todo era llevado en silencio absoluto. Se sacrificaba a una mujer que era vestida a la imagen de la diosa.

Tleutleco era el doceavo mes y la fiesta era en honor a todos los dioses.  A los quince días comenzado el mes, algunos jóvenes empezaban a adornar los templos de todos los dioses. Todo el pueblo ofrecía como ofrenda mazorcas de maíz. Se decía que el primer dios en llegar era Tezcatlipoca, ya que él era el dios más joven y por lo tanto se movía más rápido. Se ofrecía un gran banquete en su templo, donde todos comían y bebían. Esto se llevaba a cabo el día 18 del mes. Al día siguiente llegaban los demás dioses. Los sacerdotes ofrecían harina de maíz. Esta vez, el pueblo era quien ofrendaba comida a cada uno de los dioses que habían llegado. El último día del mes llegaban los dioses viejos. En este día se sacrificaban a cautivos, quemándolos en brasas ardientes.

Las fiestas del treceavo mes, tepeilhuitl, estaba dedicada a todos los montes y cerros. Se hacían figuras d serpientes y muñecos hechas de amaranto, que posteriormente se colocaban en los altares existentes en los cerros y montes. Después los sacerdotes comida y tamales, además de realizar danzas y cantos. esta festividad terminaba con el sacrificio de cuatro mujeres y un hombre.

El catorceavo mes se llamaba quecholli y estaba dedicado a Mixcoatl. Durante cinco días se fabricaban flechas y dardos, que eran ungidas con la sangre de las orejas. También se fabrican flechas más pequeñas que eran ofrecidas a los muertos, junto con algunos tamales. Había abstención sexual y estaba prohibido la ingesta de alcohol. En el décimo día del mes, tanto mexicas tenochcas, como tlatelolcas, realizaban una caza ceremonial de animales en Zacatepec.

El quinceavo mes, dedicado a Huitzilopochtli, se llamaba panquezaliztli. Durante todo el mes, se realizaban cantos y danzas que duraban hasta la noche. mientras tanto, los sacerdotes realizaban diferentes penitencias  como andar desnudos, levantarse a media noche para recoger leña, ayunar, entre otros. Se realizaban sacrificios en el templo de Huitzilopochtli.

El dieciseisavo mes, llamado atemuztli estaba dedicado a los dioses pluviales.  Cuando empezaba a relampaguear, los sacerdotes ofrecían a los dioses copal y otros perfumes. Se creaban imágenes de tlaloc hechas de amaranto, frijoles y pepitas de calabaza. Esta fiesta terminaba en el último día del mes con un gran banquete.

Al diecisieteavo mes se le conocía como tititl y estaba consagrado a la diosa Ilamantecuhtli-Cihuacoatl. Se sacrificaba a una mujer que iba vestida a la imagen de la diosa. Antes de su sacrificio, dicha mujer empezaba a bailar sola, al son de la música que tocaban algunos anciano. A la mujer se le extraía el corazón y se le cortaba la cabeza.

El último mes se llamaba izcalli y estaba dedicado a Xiuhtecultli. En el décimo día del mes se encendían grandes fuegos delante de la imagen de este dios. Jóvenes le ofrecían animales que antes habían cazado, echándolos al fuego.  Con la carne de estos animales, hacían tamales de amaranto, que eran ofrecidos al resto del pueblo.