sábado, 30 de junio de 2018

El juego de pelota mesoamericano


El juego de pelota que se desarrolló en Mesoamérica se remonta hacia un poco más de 3000 años. En náhuatl era conocido como tlachtli o ullamaliztli. Se puede considerar que cada ciudad y cada pueblo mesoamericano tenían su propia cancha de juego de pelota.

No se sabe exactamente en dónde surgió este juego, sin embargo, se expandió en casi toda Mesoamérica, desarrollándose diferentes variantes. La versión más extendida de este juego se permitía a los jugadores jugar con una pelota hecha de hule con la cadera, los codos, el antebrazo y  las rodillas. En otras variantes se podía jugar con la mano, utilizando una especie de guante de piedra o un bastón.  La pelota llegaba pesar un poca más de 4 Kg.

En las canchas que contaban con un aro de piedra, se podía ganar la partida automáticamente si la pelota pasaba por en medio de ahí. Se cree que este juego estaba relacionado con la cosmogonía de cada pueblo, donde al terminar la partido, se realizaban sacrificios humanos. Estos sacrificios eran mediante la decapitación o la extracción del corazón. Estos sacrificios eran dedicados a los antiguos dioses, aunque aún no se sabe a ciencia cierta si los sacrificados eran los ganadores o perdedores.  Entre estos dioses se encuentra Xochipilli, quien era la deidad de las flores, la vida, el amor, el placer, de las artes y del juego, incluyendo al juego de pelota, con todos sus rituales. Este juego también estaba relacionado con rituales de fecundidad, ceremonias de guerra,  pactos políticos y fundaciones de ciudades.

A pesar de que este juego tenía un gran simbolismo religioso, también se practicó de manera lúdica. Incluso en cada partido se realizaban apuestas importantes entre el público. Actualmente su práctica permanece entre los mixtecos y zapotecos, así como purépechas y rarámuris. Lo mismo sucede en comunidades de Chihuahua, Sinaloa, Guerrero, Zacatecas y Aguascalientes, además de Guatemala y el sureste mexicano.