A lo largo de la historia, los pueblos del mundo se han quedado asombrados con lo que ofrece la naturaleza, dándoles un simbolismo, convirtiéndose en partes importantes en cada cultura.
La flor de cempasúchil es endémica de México y se le conoce principalmente porque con ella se adornan los altares en el Día de Muertos, por lo que también se le conoce como la Flor de los Muertos. Esta flor se ha utilizado en diversos rituales desde la época prehispánica. La referencia más antigua se encuentra en el Códice Florentino, del siglo XVI donde se señala como ceremonial y estética. La tradición indica que el cempasúchil es utilizada como guía para que los muertos regresen a sus casas y puedan disfrutar de las ofrendas que les han dado sus familiares. En la antigua Mesoamérica, los indígenas acostumbraban ofrecer numerosas flores a sus dioses en sus fiestas; era expresión de grandeza presentarse con ramilletes en las manos; y como signo de respeto ofrecían ramilletes, guirnaldas y collares de flores a las personas de autoridad. De este modo, los mexicas ofrendaban flores de cempasúchil en algunas de sus fiestas más importantes. En la fiesta de Tlaxochimaco, los mexicas recogían varios tipos de flores, entre ellas el cempasúchil, para luego adornar los templos y representaciones de Huitzilopochtli.
En japón, el crisantemo, llamado kiku, fue introducido desde China en el siglo VII. Esta flor es muy estimada en el pueblo japonés y se le ha otorgado los atributos de longevidad y felicidad. Durante el transcurso del siglo XIII, el crisantemo de 16 pétalos como símbolo oficial de la casa imperial de Japón, llamándose oficialmente como el Emblema de la flor de crisantemo. A la vez, este emblema sirve como el kamon (símbolos que representan a las familias nobles japonesas) del Emperador de Japón. Está formado por una representación de la flor del crisantemo de oro, ya sea en color amarillo o dorado. Los miembros de la familia imperial lo usan como emblema personal con algunas modificaciones. El crisantemo también se convirtió en un motivo decorativo en las ropas tradicionales como el kimono, las hojas de espada, los estandartes y también en los documentos oficiales.
El trébol shamrock es uno de los símbolos más representativos de Irlanda.. En la época de los antiguos celtas el número tres era un número místico, y por este motivo, el shamrock era considerado una planta sagrada. Sin embargo, el origen del shamrock como símbolo de Irlanda parece estar relacionada con San Patricio, santo patrono de Irlanda. La tradición dice que mientras predicaba en Irlanda durante el siglo V, San Patricio intentaba explicar el concepto de la Santísima Trinidad sin mucho éxito. Fue entonces que vio entre la hierba unos tréboles y los utilizó para ilustrar su explicación, ya que ésta constaba de tres hojas unidas por un solo tallo. De esta manera, sus seguidores lograron comprender lo que San Patricio trataba de explicarles, y desde ese entonces el trébol o shamrock se convirtió en el símbolo de la misión de San Patricio. Sin embargo fue a partir del siglo XVIII que el shamrock empezó a utilizarse como símbolo de la identidad de Irlanda, ya que se usó como emblema de la rebelión en contra los ingleses. Actualmente este trébol es el logotipo de muchas organizaciones estatales irlandesas.
La flor de lirio ha sido representada en la heráldica como la flor de lis, muy difundida en la heráldica francesa. Desde la Edad Media es considerada un símbolo de la realeza francesa. El primer monarca francés en adoptar la flor de lis como símbolo propio, fue el rey Luis VII. La flor de lis ha estado muy ligado a la casa real francesa, que los reyes ingleses usaron más tarde el símbolo en sus armas para enfatizar sus reclamos sobre el trono de Francia. También la flor de lirio ha sido mencionada en varias leyendas, relacionándola con la realeza francesa. Una de estas leyendas menciona que la Sagrada Ampolla (una especie de recipiente que servía para consagrar a los reyes de Francia) llegó desde el cielo, transportada por una paloma hasta las manos del obispo San Remigio con un ramillete de lirios conteniendo el óleo para ungir y santificar al rey Clodoveo I en la Catedral de Reims, expresando así que su autoridad era de origen divino.
En la tradición china, el durazno o melocotón es considerado como símbolo de la inmortalidad y la larga vida. Las antiguas leyendas mencionan que el durazno era consumido por los inmortales debido a confería la longevidad a todos los que lo comieran. Xi Wangmu, la Reina madre del oeste, aseguraba la vida eterna de los inmortales alimentándolos con los duraznos de la inmortalidad, que brotaban en el jardín de su palacio. Cada seis mil años, cuando estos frutos maduraban, Xi Wangmu organizaba una gran fiesta a la que invitaba a los inmortales para repartirse los duraznos y renovar su condición. Varios dioses son representados con duraznos simbolizando su inmortalidad. Shoulao, el principal dios de la longevidad, es representado llevando un melocotón en la mano, simbolizando la larga vida. Entre otros simbolismos, se cree que los duraznos tienen el poder de alejar los espíritus malignos
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