En la época prehispánica en Mesoamérica, los trajes que vestían sus habitantes variaban sobre todo en color, textura y ornamentación, manteniendo generalmente formas básicas. Al parecer, el uso de los vestidos de algodón estaba reservada a las clases privilegiadas. Por otro lado las personas comunes vestían de fibras de henequén y telas burdas de algodón.
La tilmatli o tilma, era una prenda exterior usada exclusivamente por los hombres. Consistía en una manta de algodón que cubría el torso y parte de las piernas. Generalmente, en el caso de los pipiltin o la clase privilegiada iba atada al hombro derecho, mientras que los macehuales o las personas que estaban en un estrato más abajo la sujetaban al frente. También era usada en forma de una capa. Estas vestimentas siempre tuvieron colores de fondo y figuras tejidas, estilizadas y por lo común simbólicas. Entre mayor el rango social, mayor era la decoración de su tilmatli
Por su parte, las mujeres usaban la cueitl o falda que consistía en un paño rectangular que se enredaba alrededor de la cintura y se sujetaba con una cinta llamada nelpiloni, que hacía las veces de cinturón. Esta especie de falda cubría a las mujeres de todo rango social. La distinción de estrato en esta prenda no dependía de la forma sino de la decoración o carencia de ella. También vestían el huipil, una de las prendas más características de Mesoamérica. Consiste en la unión de dos o más lienzos que forman una túnica suelta y sin mangas. Así mismo las mujeres además usaban el Quechquémitl que está conformado por dos rectángulos cosidos, de manera que los picos caen al frente y por atrás, formando triángulos.
FUENTES
Bernardino de Sahagún, Fray, Historia General de las cosas de la Nueva España, 3ra edición, México, Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, 2002
Historia y presente del vestido en el México prehispánico, 1a edición, México, Fundación Cultural Armella Spitalier, 2008
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