Con las conquistas europeas en América a partir del siglo XVI, provocó el derrumbe político y social de las culturas indígenas americanas. Muchas sufrieron el exterminio y otras lograron sobrevivir acoplándose a la nueva cultura a la que fueron sometidas. Con la posterior colonización, se crearon las bases de una nueva cultura, mezclándose rasgos indígenas, europeos y africanos, dando origen a las raíces de las modernas naciones americanas.
Los primeros en asentarse para comenzar la colonización fueron los españoles y portugueses. Los españoles se asentaron durante casi tres siglos en un vasto territorio que iba desde la Alta California hasta el extremo sur del continente americano. Los portugueses, por su parte, se establecieron en las costas de Brasil y poco a poco empezaron a penetrar al interior de esa región.
Tanto españoles como portugueses, impusieron e sus dominios la religión católica, el idioma y las leyes de sus lugares de origen. Las tierras colonizadas eran consideradas como una posesión de los reyes de España y Portugal, quienes asignaban las autoridades encargadas de su gobierno.
El territorio ocupado por los españoles tuvo varias formas de gobierno a lo largo de su historia colonial. A finales del siglo XVII existían cuatro virreinatos (Nueva España, Nueva Granada, El Perú y Río de la Plata). y dos capitanías (Guatemala y Chile), además de audiencias, que eran organismos encargados de la aplicación de las leyes. En todas las colonias se presentó una fuerte reducción de la población indígena. Hacia 1650 el despoblamiento se detuvo y se inició una lenta recuperación de la población indígena. Se calcula que las colonias españolas tenían entre 10 y 15 millones de habitantes a finales del siglo XVII, sumando las poblaciones de indígenas, europeos, africanos y mestizos.
La colonización portuguesa en Brasil fue lenta, pues pasaron 50 años entre su descubrimiento y el arribo del primer gobernador, nombrado por el rey de Portugal.
Gracias al cultivo de caña, que en esa región era fructífera, Brasil gozó de una enorme prosperidad. Sin embargo, la industria azucarera causó grandes estragos en la población indígena. Miles fueron esclavizados para que trabajaran en los ingenios. Gracias a las pésimas condiciones de trabajo, rebeliones sangrientas y la aparición de epidemias, propiciaron el descenso drástico de la población indígena. Para solucionar ese problema, los portugueses llevaron decenas de miles de esclavos africanos. El tráfico de esclavos fue tan intenso en esta región, que se calcula que el 40% de los esclavos llegados a América iban destinados a Brasil.
Durante el siglo XVII, empezaron las migraciones procedentes de Inglaterra, Francia y en menor medida Holanda, estableciéndose en colonias del Caribe, la costa atlántica de América del Norte y en las regiones cercanas a los Grandes Lagos, en lo que hoy es Canadá y Estados Unidos. Los pueblos indígenas que vivían en esas regiones, practicaban la agricultura de aldea y la cestería intensa. Los colonizadores europeos casi no se mezclaron los los indígenas, sino que los fueron expulsando de los territorios que ocupaban.
En el Caribe, varias naciones europeas tenían dominio sobre las viras islas existentes. España mantenía Cuba y Puerto Rico, pero había cedido parte de la Española (hoy Haití) a Francia. Francia por su parte, dominaba la isla de Martinica, algunas islas menores y parte de Guyana. Inglaterra tenía control de Jamaica y Belice. Holanda se apoderó de algunas pequeñas islas y de la región de Guyana conocida hoy como Surinam.
La migración desde Inglaterra hacia las colonias de la costa atlántica de Norteamérica se intensificaron durante el siglo XVII. Las colonias se establecieron de una en una, a lo largo de 150 años, hasta sumar 13. No tenían un gobierno común, sino que dependían del rey de Inglaterra, quien designaba a los gobernadores. La población de las colonias fue avanzando hacia el interior del continente, buscando tierras desocupadas. Los indígenas no resistieron al avance europeo y tribu enteras dejaron de existir.
Francia logró crear una colonia en la región conocida como Canadá gracias al explorador Samuel de Champlain, que al fundar las primeras aldeas a las orillas del río San Lorenzo, dio origen a Nueva Francia. Esta colonia se fue poblando con migrantes europeos y tuvo una agricultura prósperas, venciendo las adversidades del clima. Sin embargo, había conflictos frecuentes con los colonos ingleses, asentados en las regiones vecinas. En 1756 estalló la guerra entre Inglaterra y Francia, entendiéndose a las colonias americanas. Los bajo dominio inglés en 1763.
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