sábado, 31 de octubre de 2020

Magia, hechicería y brujería en el mundo antiguo



En todas las culturas han querido controlar fuerzas y poderes que van mas allá del mundo terrenal, practicando artes arcanas que unos cuantos conocen y que van pasando de generación a generación.

Entre los pueblos nahuas de México existe la figura del nahual, una persona capaz de adoptar la forma de algún animal. Durante la época prehispánica los nahuales tenían el deber de resguardar el conocimiento y protectores de su comunidad. También tenían la habilidad de manipular el clima, según las circunstancias requeridas, así como de curanderos y el arte de la adivinación. Sin embargo, también existían nahuales con intereses oscuros que causaban daño a las personas.  

En el mundo grecorromano las practicas de la magia y la hechicería no fueron muy toleradas y aceptadas dentro de la sociedad. En el mundo griego, la brujería era considerada como una práctica que niega la existencia de los dioses y manipuladora de almas. En Roma se penalizaba el uso de sortilegios y maldiciones. También se prohibía la presencia de magos en las ciudades y se ordenó la quema de libros sobre hechicería.

Los magos fueron una tribu de origen medo, además de una casta de importante de sacerdotes. Durante el reino medo, los magos aparecen vinculados a prácticas variadas que abarcan desde la  realización de sacrificios hasta  el consejo real a través de  las artes adivinatorias. Con la introducción del zoroastrismo, los magos adoptaron dichas creencias convirtiéndose en los predicadores e intérpretes de las doctrinas de Zoroastro.

Durante la era Heian (794 – 1185) en Japón tuvieron su apogeo los Onmyōji, especialistas en magia y adivinación, quienes practicaban  el Onmyōdō, una cosmología esotérica, mezcla de ciencias naturales y ocultismo con influencias del budismo y el shitoismo. Llegaron a servir en la corte imperial haciendo predicciones, elaborando calendarios o realizando prácticas mágicas para intervenir en los problemas.

En los antiguos pueblos nórdicos existieron los galdramenn quienes practicaban el Galdr un tipo de magia basado en hechizos, recitados, cantados o escritos en runas. Se les atribuía el poder de mellar las espadas, hundir barcos en alta mar, atraer tormentas y decidir la victoria o la derrota en una batalla. Los encantamientos eran compuestos en una métrica poética especial llamada galdralag. Estos pueblos nórdicos también practicaban e Seidr, que involucraba encantamientos con hechizos, con una perspectiva más chamánica que el Galdr y se enfatizaba en trances extáticos.1​ Las practicantes de seidr eran predominantemente mujeres, aunque también había hombres.  El seidr podía realizar adivinaciones de naturaleza más metafísica que un vidente común, así como magia manipuladora.




FUENTES

Martínez González, Roberto. "Sobre el origen y significado del término nahualli". Estudios de Cultura Náhuatl; Vol. 37

______________________, El nahualismo, 1a edición, México, UNAM-Instituto de Investigaciones Históricas, 2011

Donoso Johnson, Paolo. "La magia y sociedad romana en tiempos de Petronio". Revista electrónica Historias; Vol. 5 

Eguaras Barado, Íñigo. "Influencia irania en el pensamiento griego". en  ¿El fin de la razón?: I Jornada de Filosofía SOFIRA; Universidad La Rioja, 2014

Campos Méndez, Israel. "Reyes y magos en la religión irania antigua".  Jerarquías religiosas y control social en el mundo antiguo: actas del XXVII Congreso Internacional Girea-Arys IX 

Reider, Noriko. "Onmyōji. Sex, Pathos, and Grotesquery in Yumemakura Baku’s Oni". Asian Folklore Studies; Vol. 66 

Arries, Javier, Magia y religión nórdicas, 1a edición, Barcelona, Editorial Luciérnagas, 2019



miércoles, 28 de octubre de 2020

Hachas de guerra de la antigüedad


El hacha, en términos generales, fue una herramienta muy importante para muchas culturas antiguas. El hacha se puede encontrar prácticamente en todos los continentes desde épocas muy remotas como el Neolítico, siendo utilizada no sólo como herramienta, sino también como arma.

De acuerdo a los códices mesoamericanos, se puede observar que el hacha fue utilizada como arma principalmente en la zona de la Mixteca, aunque hay evidencia de su uso como herramienta bélica en la región del Altiplano Central, en la zona purépecha y posiblemente en la zona cuicateca. El probable material de fabricación es de metal para la Mixteca y de piedra para el Altiplano Central, ya que el diseño gráfico del hacha no es tan ambiguo como otras regiones y sus códices, pudiéndose crear ciertas comparaciones con las evidencias arqueológicas encontradas.

Los antiguos incas del Perú prehispánico usaron una especie de hacha-piquete, llamadas champi, que estaban conformadas por una punta gruesa y larga de metal que se enmangaba perpendicularmente a un palo de madera, teniendo una función bélica. Estas hachas fueron realizadas en cobre vaciadas.

Los antiguos francos utilizaban una hacha de guerra conocida como Francisca, que se blandía a una mano y era útil para el combate cuerpo a cuerpo y como arma arrojadiza. Los francos arrojaban la francisca desde una distancia de diez a once metros. El borde del hacha era pesado, así que tenía un impacto mayor en el blanco, pero debido a que el hacha no estaba equilibrada, la francisca no volaba muy recta, reduciendo el rango de exactitud en el blanco. Sin embargo, al lanzarlas en gran número, se buscaba más atacar a un grupo de enemigos que a un guerrero en particular.

Los pueblos del norte de Europa empleaban el hacha danesa o vikinga, que era un hacha larga de hoja grande y ancha, pero delgada, blandida a dos manos, y cuya asta podía alcanzar la altura de un hombre. Estas hachas fueron empleadas tanto por vikingos como por sajones y demás pueblos, siendo armas desarrolladas específicamente para la guerra.

Los antiguos guerreros persas utilizaron  el tabarzin, un hacha, que según algunos manuscritos persas, es descrita como un arma pesada y eficaz. Los guerreros que peleaban con estas hachas eran conocidos como taberzan. Los persas desarrollaron sostificadas técnicas de combate con el hacha plasmadas en diversos manuscritos. Los taberzan podían pelear en combates cuerpo a cuerpo o mientras cabalgaban sus caballos.


FUENTES

Delgado Becerril, Martín Alberto. (2010). Las hachas mesoamericanas del Posclásico y su representación en los códices. (Tesinas de Licenciatura – Universidad Nacional Autónoma de México, Facultad de Filosofía y Letras) 

Pérez Maestro, Carmen. “Armas de metal en el Perú prehispánico” en Espacio, Tiempo y Forma, Serie I, Prehistoria y Arqueología, UNED, t. 12, 1999, págs. 319-346

Domenech, Luis, Historia General del arte, Barcelona, Montaner y Simón Editores, 1886

Cabrera-Ramos, María Isabel. “Los varegos de Constantinopla. Origen, esplendor y epígonos de una guardia mercenaria” en Byzantion Nea Hellás Universidad de Chile, núm. 33, 2014, pp. 121-138

Manouchehr Moshtagh Khorasani. La maza y el hacha en la tradición marcial iraní” en Revista de Artes Marciales Asiáticas Universidad de León, núm. 3, vol. 4, 2009, pp. 28-43