Se le conoce como "Decena Trágica" al golpe militar que tuvo lugar entre el 9 de febrero y el 19 del mismo mes de 1913, que culminó con la caída del gobierno de Francisco I. Madero y el asesinato del presidente y el vicepresidente José María Pino Suárez. Kumaichi Horigoutchi era en ese momento el representante diplomático de Japón, quien había llegado a México desde 1909, teniendo una participación relevante durante los festejos del Centenario de la Independencia, al presidir, junto con Yasuya Uchida, enviado especial de Japón, la Exposición Japonesa en el Palacio de Cristal, en la calle de Chopo. En esta exposición estuvieron presentes maravillosas muestras del arte japonés. Tras la caída del gobierno de Porfirio Díaz, Kumaichi Horigoutchi fungió como representante comercial de Japón durante del mandato de Francisco I. Madero. Al comenzar la Decena Trágica, Horigoutchi anotó en su diario, sus impresiones obre los sucesos que atormentaban a la Ciudad de México, dejando testimonio el apoyo que la Legación japonesa y muchos japoneses residentes en la ciudad le otorgaron al presidente Madero.
Domingo 9 de febrero de 1913. Kumaichi Horigoutchi escribe que en ese día se oían por las calles rumores sobre un posible levantamiento en contra de Francisco I. Madero, rumores que posteriormente se confirmaron. Muy temprano Horigoutchi, junto a su esposa, se dirigieron al Castillo de Chapultepec para encontrarse con la familia de Madero. Ella les mencionó que su marido se dirigió temprano hacia el centro de la ciudad, para hacer frente a los rebeldes. Horigoutchi menciona que el ambiente de la ciudad cambió, cuando los rebeldes tomaron La Ciudadela, las calles lucían vacías, estremeciéndose con el continuo cañoneo. Horigoutchi dio asilo a la familia de Madero en la Legación japonesa. Para socorrer a tantas personas reunidas ahí, tuvo que recurrir a la ayuda de los residentes de la ciudad, quienes gustosos ayudaron.
Lunes 10 de febrero de 1913. Empezaban a llegar noticias de las revueltas. La situación era favorable para Madero, ya que la indisciplina y falta de provisiones hacía insostenible la revuelta. En la Legación se respiraba tranquilidad. En ese día Horigoutchi conoció a Gustavo Madero, hermano del presidente, quien viajaría como embajador al Japón. Horigoutchi lo describe como un hombre alto con voz robusta y fuerte, muy diferente a su hermano.
Martes 11 de febrero de 1913. Horigoutchi menciona que se intensificaron los ataques en La Ciudadela, dejando cuantiosas bajas en ambos bandos.
Miércoles 12 de febrero de 1913. La cruenta batalla seguía y los víveres empezaban a escasear en la Legación. Horigoutchi escribe que para poder conseguir más provisiones, tenían que ir al vecino pueblo de Tacubaya, encomienda peligrosa ya que tenían que pasar por la línea de fuego. No fueron pocas veces en que el camión que se transportaban terminaba con huellas de disparos. Sin embargo, los japoneses residentes en la ciudad no dudaron en prestar la ayuda y no hubo momento en que un voluntario japonés no se ofrecía en realizar la empresa. Misión más peligrosa era enviar telegramas a Oficina de Cable, ya que se encontraba en centro de la ciudad, en pleno campo de batalla. La Legación tenía que informar al gobierno de Japón cada día. Los voluntarios tenían que ir a pie prácticamente en sigilo y esquivando las balas, ya que era imposible ir en auto. Sin embargo cada día informaban a su gobierno de los acontecimientos de esos momentos.
Jueves 13 de febrero de 1913. Por primeras vez, los proyectiles alcanzaron la Legación, sin causar ninguna desgracia. Horigoutchi menciona que la esposa de Madero volvió al Castillo de Chapultepec, mientras que los padres y hermanos del presidente se quedaron en la Legación.
Viernes 14 de febrero de 1913. A la hora de comer, Horigoutchi y los demás habitantes de la Legación escucharon la alarma de incendio. Cuando subieron a la Azotea para inspeccionar lo sucedido, vieron una enorme columna de humo negro, muy cerca de la casa de los padres de Madero. Poco después se confirmó que fue esta casa que se incendió a causa de los rebeldes. Horigoutchi menciona que en ese día se entrevistó con Pedro Lascuarín, Ministro de Relaciones Exteriores y fue en ese momento que se enteró del estado real de las cosas. La ciudad estaba totalmente colapsada y gran parte de sus casas destruidas. Pareciera que el combate no tuviera fin y a diario se podían ver incinerar los cadáveres tanto de rebeldes, leales a Madero y civiles.
Sábado 15 de febrero de 1913. En ese día llegaron rumores de que la Legación sería atacada por los rebeldes. Los familiares de Madero decidieron salir de la Legación para no causar más problemas. A pesar de que Horigoutchi insistió en que se quedaran, no pudo convencerlos. Así que Horigoutchi que hizo que sus familiares acompañaran a los padres y hermanas de Madero, suponiendo que los rebeldes no se atreverían a atacar a los familiares de diplomáticos japoneses. De este modo se dirigieron rumbo al Castillo de Chapultepec. Esa noche Horigoutchi y más de 20 japoneses armados con rifles y katanas vigilaron y esperaron un ataque que nunca llegó.
Domingo 16 de febrero de 1913. A pesar de los ataques continuos, el día pasó sin novedad.
Lunes 17 de febrero de 1913. El cañoneo empezó temprano ese día, sin embargo, según Horigoutchi, los habitantes de la Legación no se estremecieron, ya que se habían acostumbrado a aquel infernal ruido.
Martes 18 de febrero de 1913. De un instante el cañoneo cesó. Para Horigoutchi esto fue un mal augurio, ya que pensó que los rebeldes centrarían sus ataques al Castillo de Chapultepec. Al poco tiempo regresaron sus familiares junto a los de Madero. Al preguntarles el porqué volvieron a la Legación, estos les respondieron que el General Victoriano Huerta, quien era su hombre de confianza, lo había traicionado, y lo había hecho prisionero, junto a sus ministros, en Palacio Nacional. Horigoutchi recuerda que días antes, a Huerta lo conoció en una recepción que Madero le hizo en su honor, tras volver de sofocar una rebelión en el norte del país. También recuerda que Madero proclamo a Huerta como “su héroe”.
Miércoles 19 de febrero de 1913. Un nuevo rumor llegó a la Legación. Esta vez decía que como Madero se negaba a renunciar como presidente, Huerta atacaría la Legación japonesa y aniquilaría a su familia. Decidido, Horigoutchi fue a entrevistarse con Huerta para saber si eran reales sus intenciones de atacar la Legación. A su vez, Huerta le respondió que tales rumores no tenían fundamento y que las vidas de los familiares de Madero serían respetadas y resguardadas. Aprovechando Horigoutchi solicitó entrevistarse con Madero, a lo que Huerta accedió. Estando frente a frente, Madero de agradeció a Horigoutchi por haber salvado a su familia. Ese mismo día, llegó la noticia del fusilamiento del hermano del presidente, Gustavo Madero, noticia que conmocionó a todos en la Legación. En la noche, recibieron la noticia que Madero lo enviarían a Veracruz para que ahí fuera exiliado al extranjero. Horigoutchi de dirigió a la estación del tren para despedirlo, sin embargo nunca llegó. En la madrugada recibiría la noticia que esa noche no saldría.
Jueves 20 de febrero de 1913. El cuerpo diplomático, entre ellos Horigoutchi, visitó a Huerta, obteniendo la promesa de respetar la vida del presidente y vicepresidente. Sin embargo no podía dejarlos en libertad en ese momento para evitar una contra-revuelta. El cuerpo diplomático recibió una invitación del embajador de Estados Unidos, donde convocaba a una reunión para tratar el discurso de reconocimiento al nuevo gobierno.
Viernes 21 de febrero de 1913. Francisco Madero y José María Pino Suárez siguen detenidos. La Legación japonesa y demás cuerpo diplomático fueron recibidos en Palacio Nacional por el presidente provisional. Después de un discurso, cada miembro del cuerpo diplomático estrechó manos con el presidente provisional. En ese omento, Huerta alabó la actitud altruista del ministro y pueblo japonés por haber salvado la vida a más de 30 mexicanos. Estas alabanzas fueron secundadas por los demás ministros. Horigoutchi había conseguido que Madero viera a su esposa y a su madre, sin embargo, de última hora se les negó la petición.
Sábado 22 de febrero de 1913. La embajada de Estados Unidos realizó una fiesta en honor al aniversario de George Washington, donde acudió todo el nuevo gabinete. Para Horigoutchi esta fiesta bien vista ni oportuna, dada la situación que atravesaba el país.
Domingo 23 de febrero de 1913. Temprano llegó la terrible noticia de la muerte de Madero y Pino Suárez. Horigoutchi y otros diplomáticos hicieron todo lo posible para entregar el cuerpo de Madero a su familia.
Lunes 24 de febrero de 1913. A la ceremonia fúnebre de Francisco I. Madero asistió toda la Legación japonesa, incluyendo la familia de Horigoutchi.
Miércoles 26 de febrero de 1913. Horigoutchi y su familia asistieron al Panteón Francés, donde fue enterrado Madero, para depositar ofrendas flores en su tumba. A su lado estaba la tumba de su hermano, Gustavo Madero. A Horigoutchi le llamó la atención una corona de flores con la leyenda “Víctima de la democracia”.
Jueves 27 de febrero de 1913. Horigoutchi menciona que la ciudad vuelve poco a poco a tomar su aspecto normal. Su esposa visitó todos los días a la viuda de Madero, hasta el 23 de marzo de ese año, día que salieron de México, después de estar cuatro años residiendo en el país.