Gonzalo Guerrero nació en Palos de la Forontera (Huelva, España), a finales del siglo XV, y murió probablemente 10 de agosto de 1536, ya hombre maduro, luchando contra los conquistadores españoles.
Fue más soldado que marino y aparece como arcabucero en la conquista de Granada, en una campaña que culmina el 2 de enero de 1492, cuando las tropas de los Reyes Católicos, comandadas por Gonzalo Fernández de Córdoba, el Gran Capitán, rinden al rey Boabdil de Granada y ponen fin a ocho siglos de poder islámico en la Península Ibérica, acontecimiento que fue muy celebrado por la cristiandad en toda Europa.
Como arcabucero siguió al Gran Capitán a Nápoles, donde España inicia su influencia en Europa y sus ejércitos van conformando las unidades que luego llegarían a ser los famosos tercios españoles, una experiencia que luego sería muy importante en la vida de Gonzalo Guerrero. Probablemente, en alguna de sus estancias en Palos, debió convencerse de que tenía más posibilidades de hacer fortuna en tierras americanas que en las italianas, donde el esfuerzo de los soldados era cobrado por los señores de la tierra o sus capitanes, no por ellos.
En 1510, o antes, Gonzalo Guerrero fue con Diego de Nicuesa a América, viéndose allí inmerso en las fratricidas luchas por el poder entre los capitanes españoles. Ojeda y Nicuesa tramitaron cédulas de posesión de Tierra Firme, y, por perseguir la fortuna en el mismo negocio, eran rivales; se odiaban a muerte. Se disputaban los límites de sus pretendidos feudos y, sobre todo, las fértiles tierras que rodeaban el Golfo de Urabá y, aunque ninguno de ellos tuviera asegurado su nombramiento, discutían sobre mapas sus arriesgados y ambiciosos proyectos. Muchos de sus hombres pensaban que, cualquier día, uno de los dos amanecería muerto. Mientras enviaban al rey cartas repletas de promesas de nuevas y ricas tierras, y de peticiones de nombramientos regios para gobernarlas, proseguían frenéticos sus exploraciones, ya que los indios morían en las plantaciones de caña, y había que sustituirlos por nuevos esclavos a los que cada vez había que capturar más lejos, pues los que conocían a los blancos huían al verlos llegar.
En 1511, después de que partieron de Darién hacia una un viaje de exploración, barco de la flota de Diego de Nicuesa, al mando de Pedro de Valdivia, a bordo del navío Santa María de la Barca que regresaba a la isla La Española, naufragó cerca de las costas de Yucatán, y algunos de sus ocupantes consiguieron salvarse. Hubo unos veinte sobrevivientes del naufragio, entre ellos el Capitán Valdivia, el fraile Jerónimo de Aguilar y el marinero Gonzalo Guerrero. Estos sobrevivientes sufrieron grandes penurias en su naufragio, de los cuales sólo ocho pudieron llegar a las costas de lo que hoy es Quintana Roo, entre estos se encontraban Guerrero y Aguilar. Sin embargo fueron sorprendidos por los cocome. Valdivia arremetió contra ellos, pero fueron derrotados y sometidos. Cuatro de los prisioneros, entre ellos Valdivia, fueron sacrificados. Ante esto, los demás sobrevivientes lograron escapar ante el temor de ser sacrificados. En su escape lograron dejar atrás a sus perseguidores. Sin embargo días después fueron nuevamente capturados por guerreros mayas del cacique de Xamanhá, Ah Kin Cutz. Fueron convertidos en esclavos, Donde tuvieron que hacer arduas tareas agrícolas y construcciones de obras públicas. Dos años años duró el cautiverio, Guerrero fue separado de Aguilar y fue enviado con el cacique de Chactemal.
Como ya sabía la lengua y muchas costumbres, asimiló la cultura maya. Es seguro que Guerrero se haya ganado la confianza del cacique, permitiéndole participar en algunas escaramuzas. Guerrero se destacó en las artes bélicas dentro del ejército y les enseñó nuevas tácticas de guerra. La recompensa no se hizo esperar y se le otorgó un puesto elevado en el ejército. Hacia 1514, Guerrero era el jefe militar supremo. Posteriormente, Gonzalo Guerrero, ya un guerrero maya afamado, se desplazó por la costa oriental cerca de lo que hoy es la frontera con Belice, donde contrajo nupcias con la hija del cacique Nachan Can, por lo que se convirtió en capitán de sus fuerzas. Pronto el fruto de su amor les dió varios hijos, que fueron los primeros mestizos de América.
En 1517 llegaron noticias del arribo de Hernández de Cordoba a Cabo Catoche. Guerro partió hacia el lugar, donde organizo una emboscada en contra de sus compatriotas. Es fácil imaginar que Guerrero entendía muy bien lo que significaría la llegada de los españoles para los mayas, y por eso trató de retrasar lo más posible su conquista. En 1519, Jerónimo de Aguilar, quien fue rescatado por Hernán Cortés, le envió una carta, donde le pedía que se uniera a las huestes del Conquistador. Según el cronista Bernal Diaz del Castillo, Gonzalo Guerrero le respondió de la siguiente manera a su amigo y compañero:
"Hermano Aguilar, yo soy casado y tengo tres hijos. Tienenme por cacique y capitán, cuando hay guerras, la cara tengo labrada, y horadadas las orejas ¿que dirán de mi esos españoles, si me ven ir de este modo? Idos vos con Dios, que ya véis que estos mis hijitos son bonitos, y dadme por vida vuestra de esas cuentas verdes que traéis, para darles, y diré, que mis hermanos me las envían de mi tierra."
Después de tomar esta decisión, Guerrero se dedicó a preparar a los ejércitos mayas contra la invasión, que sabía que llegaría tarde o tempano.El final de Gonzalo Guerrero en Puerto de Caballos, Honduras, queda relatado en la carta del Gobernador de Honduras, Andrés de Cerezeda, del día siguiente a la batalla, el 14 de agosto de 1536:
“Y arcabuceros y otras personas combatiendo la entrada o salida del albarrada al río y en la proa de la canoa una pica de artillería, que con lo uno y lo otro hizo tanto daño a los indios hasta que ellos, de su voluntad, se vinieron a dar a la obidiencia y servicio de vuestra majestad. Dijo el cacique Cicimba como, antes que se diesen, con un tiro de arcabuz se había muerto un cristiano español que se llamaba Gonzalo Aroza que es el que andaba entre los indios en la provincia de Yucatán veinte años ha y más, que es éste el que dicen que destruyó al adelantado Montejo. Y como lo de allá se despobló de cristianos, vino a ayudar a los de acá con una flota de 50 canoas para matar a los que aquí estábamos antes de la venida del adelantado [...] Y andaba este español, que fue muerto defunto, labrado el cuerpo y en hábito de indio.”
Se han realizado varias esculturas donde se representa a Gonzalo Guerrero, esa figura legendaria y fascinante de la región maya